Astrología, simbología y religiosidad: el arte de reconectar
No como algo que nos dictamine nuestro destino, si no como algo que nos guía, nos arroja luz y entendimiento dándole un sentido profundo a por que somos como somos y que sentido tiene en nuestra vida y propósito existencial.
La religiosidad, en su sentido más profundo, no es solo seguir una doctrina o creer en algo externo. La palabra misma sugiere su verdadero propósito: re-ligar, volver a unir lo que estuvo separado. Es el impulso del alma por regresar a un estado de conexión: consigo misma, con los demás, con la naturaleza, y con el todo.
La astrología, entendida como ciencia sagrada, es una vía para lograr esa unión. Si descomponemos la palabra: Astro significa luz, -logía significa estudio o ciencia. Así, la astrología es el estudio de la luz, tanto externa como interna.
Mediante la observación del cielo, los movimientos de los planetas, y la lectura de sus símbolos y arquetipos, el ser humano puede comprender mejor los ritmos que lo rodean y lo habitan. No se trata de adivinar el futuro, sino de leer con humildad y sentido común los mensajes que el universo ofrece.
Cuando la persona se dispone con una actitud humilde, abierta y consciente, esta práctica se convierte en un puente:
un puente entre la realidad visible y la realidad invisible, entre el mundo material y el mundo espiritual, entre el ser individual y el Ser universal.
Esto no es algo abstracto. Se traduce en la vida cotidiana: en cómo nos relacionamos con la familia, con la sociedad, con nuestro trabajo, nuestra salud y nuestras emociones. Porque todo está conectado. La astrología nos recuerda que somos parte de una red viva e inteligente que incluye los minerales, las plantas, los animales, los astros y el cosmos entero.
Todo en la vida se mueve en ciclos: unos más rápidos, otros más lentos, unos livianos, otros intensos. Todos necesarios. Todos nos enseñan algo. La astrología, al mostrar esos ciclos, nos ayuda a comprender mejor nuestros procesos personales y colectivos, y nos da herramientas para vivir con mayor consciencia.
Así, la astrología —con su simbología, su lenguaje arquetípico y su lectura profunda— es una forma de volver al origen, de reconectar con el Ser, de recordar que somos parte de algo más grande. Es una guía, una brújula, un mapa que nos acompaña en ese viaje de regreso a la unidad.
